martes, 26 de octubre de 2010

CHULOS, ZORRAS Y VICEPOLLAS

Hoy he visto un programa que lleva mucho tiempo en la tele y que me ha hecho reír, puesto que en el he visto como es la sucia realidad del presente escenificada por alimañas del mundo del espectáculo. Me ha hecho recapacitar el hecho de que ellos se lo toman enserio, hablan de sentimientos delante de unas cámaras que lo graban todo, sin absolutamente ni un segundo para reflexionar tras las miradas de los miles de espectadores que emocionados ven aflorar el amor en sus corazones de plástico. Esta gente que sale por la tele y que brilla hasta en la sombra es perfecta anatómicamente, pero en cuanto a escrúpulos es indeseable. Venden su intimidad, la intercambian como si se tratase de un cromo por fama (y quién sabe si dinero).
Al parecer los creadores no titubearon al crear con sangre fría este comercio de relaciones pactadas. Sientan a una persona (da igual su género) enfrente de otras diez y las hacen luchar a esas diez por conquistar a la primera. Esto es como volver a la selva, donde dos leones luchan entre ellos para establecer quien es el macho alfa y que la leona vaya a por el. Es evidente que todo lo que sale por la tele es con fines lucrativos, pero, hay cosas como esta que ofenden a la ética y a la inteligencia de la población de características mentales medias. Muchos se verán aludidos y despotricarán porque me verán arrogante, pero, es porque no han pensado aun en la verdad sobre este nefasto y ridículo programa. Se que muchos de vosotros lo veis por adicción, es inevitable intentar seguir una trama que ya ha sido expuesta en tu mente y por la cual sientes una inaguantable curiosidad, ¿pero de verdad merece la pena saber con que chica se va a quedar el tio cachas?
NO! HOSTIA PUTA, NO!!!!
Viendo "hombres mujeres y viceversa" desperdiciáis vuestro tiempo, está bien reírse de los subnormales de la televisión, pero mejor hacer algo didáctico pues ver ese programa sólo te servirá para comentar estupideces con tus amigos, cosa que no está del todo mal.
Puesto que soy consciente de que mi protesta no cambiará nada, ni hará que millones de personas dejen de ver el programa he de concluir que lo mejor que podemos hacer es seguir viendo el programa y reírnos de los cachas, las tías buenas y de lo bajo que ha caído Emma García profesionalmente.

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