viernes, 5 de noviembre de 2010

Viernes trece

No me quería despertar, esa mañana el mundo no se merecía mi presencia. Madrugar era demasiado complicado para mi, en fin. Salí de mi estado de sueño y entré en estado de vigilia, pero a diferencia de otros días me preferí quedar en la cama mirando el reverso de mis párpados y esperando que el mundo se acabase. Aunque estas palabras parezcan querer describir el estado de post-borrachera, no lo hacen. El día anterior me había dormido a la una, y ese día acabé despertándome a la una, y media. Después de dormir más de medio día, sin saber por qué, mi cerebro rendía al doscientos por ciento de su capacidad. Indudablemente aproveché mi estado y me puse a escribir. A las seis de la tarde me dí cuenta de que aún no había comido nada.
Fui corriendo como un loco al frigorífico y me comí hasta los cubitos. Después de llenar ese vacío sustancial, mi compañero de piso bajó de dormir la siesta y me obligó a ver unas pelis de, miedo, o eso decía el. Después de ver unas dos horas de miedo en formato de los años ochenta, nos pusimos a hablar, mi amigo y yo.
Mantuvimos una larga conversación sobre la carísima venida del Papa di Roma a España, este maldito tema nos llevó unas tres horas, y unos rodeos más amplios que los de un cowboy. Llegamos incluso a hablar sobre el origen de la vida, en fin.
De repente sonó el timbre, eran las doce de la noche. Mi compañero salió a abrir, la voz de lo que parecía ser un ruso gritó, ¡abridme, por favor! con un malísimo acento en español. Mi compañero fue a abrirle. Una brisa de viento entró desde la puerta entreabierta al salón congelando mi caja torácica por completo y dejando mis dedos de los pies como envueltos por cubitos.
Por fin, mi compañero cerró la puerta y dejó de entrar el frío. El señor pasó al cuarto de baño, iba a arreglar la ducha. Nosotros esperábamos viendo la tele cuando le llamaron al móvil y contestó en un ruso muy cerrado y con un tono de voz muy enfadado. Se escuchó un golpe y fuimos a ver que pasaba, se le había caído un destornillador de la escalera. Se lo dimos y el lo agradeció con una gran sonrisa. "ya está" dijo, y se fue con sonrisas y palabras de agradecimiento.
En fin, un tanto acojonados, habíamos relacionado las pelis de viernes y trece con la realidad y temíamos que este hombre volviese a casa a ¿asesinarnos despiadadamente porque su hijo murió en un lago hacía dos años y el no pudo hacer nada para salvarlo?
Va, voy a parar de decir gilipolleces, enserio, ¿a quien coño se le ocurrió hacer más de ocho putas películas basándose en la infortuna muerte de un niño en un lago? Os juro que fueron las horas más improductivas de ese día a pesar de que dormí doce horas y media. Valla tostón, que nadie la vea, o sea, es la peor película de "miedo" que he visto en mi vida, sólo pude reírme, sobre todo al final, cuando la chica mata a la asesina (que era la madre del niño que murió en el lago).
Os cuento la escena, la madre del niño ahogado ha asesinado uno por uno, a toda la gente del campamento menos a una chica. Entonces la chica se da cuenta de quien es la asesina e intenta escapar, pero la asesina le planta cara e intenta matarla, ella esquiva sus golpes y la deja inconsciente en el suelo. Entonces, en lugar de matarla, escapa. Se esconde en un cobertizo y vuelve a pasar lo mismo, la deja inconsciente y escapa, y otra vez vuelve a pasar lo mismo en una casa. En esos momentos de la peli, yo ya me estaba desquiciando, ¿pero la tía es gilipollas, tiene un retraso mental o que? esta puta película no tiene sentido.
Bueno a lo que iba, el final de la peli. De repente, están al lado del lago y la chica intentaba escapar con una canoa pero la otra aparece de la nada con un machete que lo flipas y le rompe el remo. La chica asustada, vuelve a intentar huir, pero a la otra se le cae el machete y empieza a haber un forcejeo, de repente la chica se libera y... AGUITA!! esta parte es la más emocionante de la película, coge una PUTA KATANA DEL SUELO DEL LAGO Y LE CORTA EL JODIDO CUELLO ¿de donde había salido la katana? ¿quien sabe? Son cosas que sólo Iker se preguntará en serio.
Esta ha sido mi crítica al pastel más difícil de ver de toda la historia. Me van a dar las dos de la mañana aquí escribiendo, hostias. Bueno os dejo, acaba de tocar al timbre el ruso, no se que querrá...

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